Crítica Whiplash (2014)
Whiplash es una película dirigida por Damien Chazelle (que más tarde sería más conocido por dirigir la oscarizada LaLaLand) y protagonizada por Miles Teller y J. K. Simmons.
Miles Teller interpreta a Andrew, un joven baterista que consigue ingresar al prestigioso conservatorio dirigido por Fletcher (Simmons), y es psicológicamente agredido por este a lo largo de todo la película, consiguiendo llevarle al extremo en varias ocasiones.
Hay que dejar clara una cosa: esta es una de mis películas favoritas. He debido verla unas siete veces desde que se estrenara hace unos años y tengo planeado verla unas cuantas veces más, por lo pronto. Ambos actores están tremendos en sus papeles, J. K. Simmons habiendo conseguido un Oscar a Mejor Actor de Reparto por su papel como Fletcher. Es un profesor totalmente agresivo y autoritario que no teme cruzar la línea de la inmoralidad para sacar lo mejor de sus alumnos (y lo peor) aunque eso requiera destrozarles la vida y la mente. La cantidad de insultos ingeniosos en el film es ingente, y están entre mis favoritos que se hayan dicho nunca en una película.
Miles Teller, por su parte, llevaba tocando la batería desde hacía años, por lo que era perfecto para este papel, que lo catapultó finalmente a la fama (aunque luego se frenara por la horrorosa adaptación de Fant4stic). En la película, llevado prácticamente a la locura por Fletcher, renuncia a su familia y a su pareja para no tener ninguna distracción en su llamado "camino a la gloria", dando lugar a unas escenas bastante incómodas (como casi todas en la peli, vaya).
La película recuerda en muchos momentos a películas de Anonofski como Cisne Negro o El Luchador, con esos personajes tan obsesionados por su trabajo que le dan la espalda a todo y pierden el juicio. Chazelle jugaría de nuevo con esto en LaLaLand, de la que también hablaré pronto.
El guión es excelente, no dejando ninguna laguna en un film cuya banda sonora es también excelente (no sabría decir cuantas veces me la habré puesto en Spotify, como buen fanboy de la peli) y con una edición tremenda. Entre la banda sonora, la edición, y la magnífica interpretación de ambos actores, dan lugar al final más explosivo y satisfactorio que puedo recordar.
Lo mejor:
- J. K. SIMMONS. Así, todo con mayúsculas.
- Miles Teller, que se ganó aquí todos mis respetos.
- La banda sonora
- La fantástica dirección, edición y trabajo de cámara.
Lo peor:
- ...
NOTA FINAL: 9.5
Hay que dejar clara una cosa: esta es una de mis películas favoritas. He debido verla unas siete veces desde que se estrenara hace unos años y tengo planeado verla unas cuantas veces más, por lo pronto. Ambos actores están tremendos en sus papeles, J. K. Simmons habiendo conseguido un Oscar a Mejor Actor de Reparto por su papel como Fletcher. Es un profesor totalmente agresivo y autoritario que no teme cruzar la línea de la inmoralidad para sacar lo mejor de sus alumnos (y lo peor) aunque eso requiera destrozarles la vida y la mente. La cantidad de insultos ingeniosos en el film es ingente, y están entre mis favoritos que se hayan dicho nunca en una película.
Miles Teller, por su parte, llevaba tocando la batería desde hacía años, por lo que era perfecto para este papel, que lo catapultó finalmente a la fama (aunque luego se frenara por la horrorosa adaptación de Fant4stic). En la película, llevado prácticamente a la locura por Fletcher, renuncia a su familia y a su pareja para no tener ninguna distracción en su llamado "camino a la gloria", dando lugar a unas escenas bastante incómodas (como casi todas en la peli, vaya).
La película recuerda en muchos momentos a películas de Anonofski como Cisne Negro o El Luchador, con esos personajes tan obsesionados por su trabajo que le dan la espalda a todo y pierden el juicio. Chazelle jugaría de nuevo con esto en LaLaLand, de la que también hablaré pronto.
El guión es excelente, no dejando ninguna laguna en un film cuya banda sonora es también excelente (no sabría decir cuantas veces me la habré puesto en Spotify, como buen fanboy de la peli) y con una edición tremenda. Entre la banda sonora, la edición, y la magnífica interpretación de ambos actores, dan lugar al final más explosivo y satisfactorio que puedo recordar.
Lo mejor:
- J. K. SIMMONS. Así, todo con mayúsculas.
- Miles Teller, que se ganó aquí todos mis respetos.
- La banda sonora
- La fantástica dirección, edición y trabajo de cámara.
Lo peor:
- ...
NOTA FINAL: 9.5
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