Death Note (2017) CON SPOILERS

Death Note de Netflix está dirigida por Adam Wingard y protagonizada por Nat Wolff  como Light Turner (que no Yagami, ejem), Lakeith Stanfield como L y el siempre magnífico Willem Dafoe poniendo voz y movimientos a Ryuk el shinigami.

Bien, hay dos formas de ver esta película, y ninguna es agradable. Por un lado, puedes verla sin conocer el material original (i.e. el manga/anime), y te encontrarás con una película entretenida sin más y estúpida por momentos. Y la forma más "divertida" de verla, y la que ha experimentado el que escribe estas líneas, esto es, habiendo leído o visto la serie original de Death Note. Si este es tu caso, abróchate el cinturón que vienen curvas.

Durante la serie, te encuentras con una galería de personajes a cada cual más carismático que durante casi treinta capítulos te tienen en el filo del asiento (si, no cuento los últimos diez, cuando L ya no figura en la lista de gente que respira). En la película, en este apartado nos encontramos con el primer fallo, y es que considero este el peor casting que se haya hecho desde esa fatídica Fant4stic de hace unos añitos (ains, que viejo me hago). Si en la serie original Light/Kira era un estudiante modélico, un genio, un tipo por el que suspiraban las muchachicas de su insti.. aquí es un pedazo de inútil que no para de chillar toda la película y poner caras más raras que Tobey Maguire en Las normas de la casa de la sidra. L, el superdetective superinteligente superexcéntrico superpáliducho, es interpretado por Lakeith Stanfield. Ha habido bastante polémica por escoger a un actor de color para este papel, y lo entiendo (no se parecen en nada), pero el chico al menos lo intenta, que es más de lo que puede decir Nat Wolff sobre su Light Turner (dios, como duele ese apellido), aunque conforme avanza la película se van mostrando poco a poco sus debilidades. L es un personaje muy complicado de llevar al live action, y un casting hecho una noche de borrachera no ayuda.

Y no solo no se parecen en nada físicamente, cosa que podría llegar a perdonarse, sino que sus personalidades también distan mucho de su contraparte animada. Light se mueve aquí por trivialidades como caerle bien a su interés romántico durante la película, Mia (Margaret Qualley), incluso revelándole la verdad sobre el cuaderno en la segunda escena que comparten. El Light del manganime se vuelve más y más perverso conforme la serie avanza, mientras que en la película de Netflix se vuelve más y más insoportable a cada escena que pasa.

La nota positiva la pone aquí Willem Dafoe, con un Ryuk que roba cada segundo en que aparece en la película, aunque es cierto que sale demasiado poco para mi gusto (y eso que en el anime Ryuk NO puede despegarse de Light mientras este es el dueño del cuaderno de muerte).

Al intentar recortar toda una serie en tan solo 1h y 40m de metraje, han tenido que suprimir muchas cosas, entre ellas, el segundo shinigami Rem, el inframundo, el equipo de detectives que ayudan a L y al padre de Light y que tanto me gustaban, y el personaje de Misa Amane queda reducido a la nada a manos de la mencionada Margaret Qualley, que lo intenta, pero no llega a dar la talla.

También añadir que si bien el montaje es decente, la música que lo acompaña, con baladería ñoña y ritmos ultrabásicos es horrible. Por dios, queremos algo pareceido al soundtrack original, totalmente épica y que te ponía las pilas incluso hasta cuando Light comía patatas (literalmente).

Lo mejor:
  - Willem Dafoe, por supuesto.
  - No está tan mal Lakeith Stanfield como L.

Lo peor:
  - TODO LO DEMÁS.

Conclusión: Una de las peores películas del año, que solo deberías ver si quieres coger un poco de dolor de cabeza un sábado por la tarde. El Dragon Ball Evolution de Death Note.

NOTA FINAL: 1 (y por Dafoe)


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