Crítica El juego de Gerald (Gerald´s Game)

Hello there!

Estos últimos meses de 2017 estamos teniendo un aluvión de adaptaciones de novelas y relatos cortos de Stephen King, con La Torre Oscura e It ya estrenadas ya pocas semanas de que salga a la luz 1922, hoy toca hablar de El juego de Gerald, adaptación de Netflix de la historia del maestro King aparecida en 1992. Después de haber visto esta película, puedo decir que es una de mis adaptaciones favoritas de King, que si bien no todas son fantásticas (ni muchísimo menos), si que tiene algunas muy dignas. Los fans del autor estamos de enhorabuena últimamente.



Tras esposar a su mujer a la cama de una aislada casa en el campo, Gerard Burlingame muere de un ataque al corazón, dejando a Jessie encadenada, sin comida, sin bebida, y con un perro hambriento rondado por la casa y que no tarda en sentir especial predilección por el cadáver y por la propia Jessie. A todos estos problemas debemos sumarle la indeseable visita de un hombre pálido misterioso que la atormentará al caer el sol y las constantes alucinaciones que sufre la protagonista. A lo largo de las casi dos horas de metraje de la película, tendrá que intentar escapar por todos los medios necesarios, sucediéndose escenas realmente duras que incluso a mí me han hecho apartar la vista en más de una ocasión.

Carla Gugino está tremenda en la película como Jessie Burlingame, ofreciéndonos una amalgama de sensaciones que van desde el terror hasta el delirio, pasando por distintas fases de coraje y valentía con las que realmente empatizas con ella. Se trata de un personaje en una situación horrible que lleva hasta el extremo los casi nulos recursos con los que cuenta para salir de su prisión particular, no solo física, sino también psicológica. Y es que somos testigos en varios flashbacks sobre su infancia, y como su padre abusaba de ella en algunas de las escenas más terribles del film. Por cierto, su padre es interpretado por Henry Thomas, el chaval de E.T., hecho que (para mi) hace aún más perturbador verle abusar de una niña pequeña por alguna razón.

El hombre pálido (así queda acreditado) es Carel Struycken, uno de los pocos actores con gigantismo en activo a día de hoy, y que muchos recordamos con mucho cariño por sus papeles en Twin Peaks o La Familia Addams, y que aquí pone la piel de gallina en cada una de sus escenas, ya sea acechando desde los rincones oscuros a la protagonista, o de pie en el pasillo, o en sus sueños.

Lo mejor:
  - Carla Gugino está espectacular
  - El perro
  - El hombre pálido
  - La sensación de angustia durante toda la película
 
Lo peor:
  - El final se desinfla un poco, le sobran unos diez minutos

NOTA FINAL: 8



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