Crítica Blade Runner 2049

Blade Runner 2049 está dirigida por Denis Villeneuve y se sitúa 30 años después de la original, que fue conducida por Ridley Scott. K, interpretado por Ryan Gosling, es un Blade Runner replicante que, tras encontrar los evidencias de que una replicante fue capaz de dar a luz, inicia una cruzada para evitar una posible guerra entre humanos y replicantes.


Cuando se anunció por primera vez esta película, muchos puristas se echaron las manos a la cabeza, pues les parecía claro que iban a destrozar el legado de la original, una película de culto donde las haya, tan especial y enigmática que aún a día de hoy sigue suscitando estudios sobre su argumento y su herencia para el cine de ficción. Pasó el tiempo y la cosa se calmó un poco al revelarse que el testigo de Ridley Scott lo tomaría Denis Villeneuve, llamado a ser uno de los directores más influyentes e importantes del cine moderno, que ya nos sorprendiera con Sicario, Prisoners o la más reciente La Llegada, que desde aquí os recomiendo encarecidamente. Pues bien, esos puristas ya pueden respirar tranquilos: el cariño y dedicación con el que Villeneuve ha tratado la obra original es espectacular, desde el ambiente neo-noir hasta la ambigüedad en la lectura del guión.

Nos encontramos ante una de las mejores películas del año, que sin embargo no está hecha para el espectador medio. Muchos amigos y amigas mías ya me han comentado que no les gustó la película por su lentitud y falta de acción en muchas de sus secciones. Y, si bien eso es cierto, esos no deberían ser los criterios por los que el film debería ser enteramente juzgado. La película conforma su propia bestia, sin importarle montar una franquicia o establecer puntos clave para siguientes entregas (que en principio no van a ocurrir, aunque tiempo al tiempo). Son 2h y 43m de puro espectáculo para los sentidos, tanto visual como sonoro, con tomas perfectas sucediéndose una detrás de otra acompañadas de una banda sonora bestial (la mano de Hans Zimmer homenajeando la BSO de Vangelis se nota y se agradece). Encima de todo, el guión es tremendo y contiene muchas sopresas y giros argumentales que harán las delicias de los seguidores de la película original.

Ryan Gosling como K nos regala lo que para mí es el papel de su carrera (con Drive y LaLaLand siguiéndole los talones de cerca). Me sentí identificado con él desde el minuto uno, y durante toda la película conectas con todas las cosas malas por las que pasa su personaje (y son unas cuantas). Durante todo el metraje está apaleado, ensangrentado, lleno de dudas, rabia...en muchos momentos, es sencillamente triste y melancólico, acorde al tono del film y del mundo creado por Philip K. Dick, autor de la novela original. Para ayudarle en su misión, entrará en contacto con Harrison Ford (Deckard), que vuelve a retomar otro papel más de su juventud y lo lleva a otro nivel completamente distinto, siendo una de las mejores cosas de una película llena de cosas buenas.

Jared Leto como el antagonista creador de los nuevos replicantes Wallace, Ana de Armas como Joi, y Dave Bautista como el replicante Sapper Morton también lucen genial en todas sus escenas, en especial Bautista en la primera secuencia de la película, donde queda más que claro que muchos se equivocaron al decir que el ex-luchador no servía como actor (entre los cuales me incluyo).

Los juegos de luces y sombras, cada diálogo, cada secuencia.. todo es importante en una película que os puedo asegurar que será tan estudiada como la primera por los cineastas del mañana, al igual que Villeneuve estudiara la original del maestro Ridley Scott.

Lo mejor:
  - K, el mejor papel de Gosling hasta la fecha
  - Harrison Ford, por supuesto
  - El universo neo-noir, más grande que en la original
  - Los giros argumentales
  - La escena inicial con Dave Bautista
  - La BSO de Hans Zimmer, homenajeando a Vangelis

Lo peor:
  - No me importa que una película sea lenta, pero media hora menos le hubiera sentado genial

NOTA FINAL: 8.3

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